viernes, 18 de diciembre de 2009

La solución entre libertad y justicia es la verdad?

Libertad y justicia son dos términos que, muchas veces, se utilizan demasiado a la ligera. Cuando alguien quiere conseguir o hacer algo que puede perjudicar a un tercero, rápidamente se escuda en su “libertad”, en el derecho a hacer lo que él o ella quiera y considere necesario. ¿Cuántas veces hemos leído o escuchado aquello de “libertad de prensa” o “libertad de pensamiento”? Las libertades, tanto individuales como colectivas, están muy bien, pero hay que saber entenderlas y delimitarlas. Hay que ser consciente que cada individuo es “libre”, y por lo tanto, en principio, tiene derecho a hacer “lo que quiera”. Para controlar estas libertades aparece la justicia. Si tenemos en cuenta que cada uno puede hacer lo que le venga en gana, sabiendo como es el ser humano, no tardaríamos dos días en reventar el planeta. La justicia se encarga de delimitar y “controlar” las respectivas libertades de cada uno y, a la vez, velar por el bien de todos.


Es por esta razón que los términos libertad y justicia muchas veces chocan de frente. Lo que es libre para unos, es injusto para otros. Quizás la solución a ese problema sería la aparición de la verdad, ese oráculo que nos dice que una cosa es como es, y no como la quieren ver. La verdad, entendida en su forma mas pura, sería capaz de dictaminar si en un asunto pesa más la justicia o la libertad... El problema es que verdad es un término tan confuso y complicado como los dos anteriores.


La verdad objetiva no existe. Nunca todo el mundo va a coincidir en un hecho concreto como para poder decir que algo es “verdad”. Como todas las cosas del mundo, la verdad está supeditada a la subjetividad de cada uno. Si me juego una cena con Roger y se la pago con dos hamburguesas McDonald’s, él puede considerar “no verdad” que yo haya saldado mi deuda, ya que para él, “verdad” sería que le invitara a cenar “primer plato, segundo plato, postres, copa y puro”, mientras que para mi, que soy quien paga, dos hamburguesas es una cena más que respetable mientras que lo que él pide es una aberración. De la misma manera, el concepto “lluvia” no es el mismo en Extremadura que en Estocolmo o, ya tirando a gran escala, mientras la caída de las Torres Gemelas es considerada por algunos como “ataque terrorista”, para otros es una simple “reivindicación de ideales”. Es decir, podemos encontrar gente que piense que en el 11 de Septiembre de 2001 no hubo ataque terrorista alguno y que, por lo tanto, todo lo que se habla y escribe sobre el tema no es “verdad”.



La ambigüedad del término “verdad” es el que hace que no lo vea como una solución en la confrontación entre “justicia” y “libertad”. La verdad puede entenderse como uno quiera y, según convenga, puede respaldar tanto a la “justicia” como a la “libertad”. Desde mi punto de vista, cada uno debe ser libre para entender su verdad de la forma más justa posible y, si alguien pretende sacar provecho de ello, para eso existen unas leyes supremas que marcan el camino de la sociedad en general.

Jaume Cifre.

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