miércoles, 20 de enero de 2010
¿Qué propone Larsson?
La verdad, ¿la solución de todos los problemas?
martes, 19 de enero de 2010
Valoración personal del profesor
Por otra parte, he de decir que el volumen de trabajo de la asignatura ha sido mayor del que me esperaba por dos créditos optativos. Es decir, opino que las horas que hemos tenido que invertir, al menos yo, para leerme los libros propuestos y mirar las dos películas de Millenium, no se corresponden con el número de créditos con los que nos recompensa la asignatura.
Pese al volumen de trabajo, me queda un buen sabor de boca después de haber completado esta asignatura. Los libros de Larsson me han parecido muy atractivos de leer, algo que sin duda ha hecho la lectura mucho más ágil y amena. Del mismo modo, las reflexiones planteadas para plasmar en el blog, las he encontrado muy adecuadas a la vez que interesantes, sobre temas que sin duda va bien reflexionar sobre ellos. Por lo tanto mi valoración de la asignatura sólo puede ser positiva.
Roger Cornet.
Valoración del curso
Mucha gente me había hablado del profesor, José María Perceval, de quien llegaban buenas referencias. La verdad es que el primer día ya dejó buenas sensaciones: teníamos que contarle una pesadilla. Durante las primeras clases, hablando de asesinos, de cínicos, etc, siempre con ejemplos de libros, lograron engancharme. Realmente llegó un momento en que me di cuenta que disfrutaba yendo a clase. La lástima, desde mi punto de vista, fue el “corte” que sufrimos a mitad de curso: Perceval había pillado la Gripe A y eso supuso unas cuantas semanas sin la asignatura. Personalmente, después de eso me costó un poco reengancharme, pero puedo concluir que, una vez acabadas las clases, estoy contento de haber cursado este seminario y haberme leído una trilogía como la de Millennium, que posiblemente no me habría leído si no fuese por obligación académica.
Me habían dicho que en esta facultad había dos tipos de alumnos: los que habían pasado por Perceval y los que no. Desde este momento ya soy del primer grupo, y puedo decir que, aunque entre unas cosas y otras no he podido asistir a tantas clases como me habría gustado, estoy contento y satisfecho con el trabajo hecho y los temas tratados en cada sesión.
Jaume Cifre.
Reportaje
En Barcelona, ciudad grande donde las haya en la geografía española, hay varias empresas de este sector. Al contrario de lo que se pueda pensar, todas estas empresas, como la de Detectives Business World, tienen varias comandas día si y día también. Gabriel López, trabajador de Detectives Business World, reconoce que su negocio está montado tomando como base la desconfianza entre las personas: “Si no fuera por este rasgo tan característico del ser humano, estoy convencido que ahora mismo yo no tendría trabajo”. Gabriel se siente cómodo trabajando en este sector, e incluso a veces muestra sus propios sentimientos según la tarea que le toque cubrir: “No es lo mismo perseguir a una mujer infiel que a un trabajador que estafa a su empresa con falsos justificantes médicos. La mujer puede hacer lo que quiera con su vida, pero yo soy el primero que me mosqueo si un trabajador de mi empresa me intenta estafar pasándose de listo”. A parte de estos casos más típicos, Gabriel ha visto de todo durante su trayectoria profesional. Desde empresas del mismo sector que se espían para conocer la competencia, hasta padres preocupados por saber si sus hijos estudian o se gastan el dinero en droga. “Muchas veces los miedos de la gente son infundados, pero a menudo acabamos pillando a los sospechosos con las manos en la masa”, dice Gabriel López. De hecho, para Gabriel ésta es una de las partes más gratificantes, pero a la vez engorrosas de su trabajo: “Llega el momento en que descubres el pastel y ves que realmente esa mujer engañaba a su marido, o el picata de turno, que supuestamente estaba de baja, resulta que aprovecha para sacarse un sobresueldo en otro trabajo”. Al cerciorarse al 100%, Gabriel afirma que se encuentra feliz por el trabajo bien hecho, pero a la vez, y en según qué casos, afirma sentirse incómodo a la hora de transmitir la información al cliente: “¿Con qué cara le digo yo al marido que su mujer lleva meses viéndose con otro hombre? Para mi esta es una parte del trabajo que se asemeja a la de médico, cuando tienen que hablar con la familia después de que una operación no haya salido bien”.
Los métodos de trabajo de la agencia de Detectives Business World son muy variados. Los profesionales de la investigación hacen desde seguimientos personales hasta búsqueda documental en archivos, aunque desde hace ya unos años surgió una nueva vía en el campo de la investigación personal: Internet. Manuel Ciero es el encargado de supervisar todos los movimientos informáticos que Detectives Business World utiliza para llegar a la información. Él mismo cuenta que “con el desarrollo de Internet y con la proliferación de las redes sociales, es mucho más fácil que antes obtener información sobre alguien. Ahora con Facebook, mucha gente deja al descubierto aspectos de su vida privada que pueden ser utilizados en su contra en un momento determinado”. Aún así Manuel admite que su trabajo no es pura chafardería. “No nos dedicamos a investigar para descubrir morbos, sino que respondemos a las demandas de nuestros clientes, sólo les facilitamos la información que nos piden, ya que al fin y al cabo es por lo que nos pagan”. No obstante, las redes sociales no son la única vía para acceder a la información de las agencias de investigación. “Más allá de Facebook, Twitter, Tuenti, etc, existe la posibilidad de jaquear el ordenador de tu ‘presa’ para obtener determinados archivos, que puedan plasmar una irregularidad en las cuentas de la empresa, por poner un ejemplo, pero no es nuestro modus operandi”. De todas formas, según Manuel Ciero, la figura del hacker está muy mitificada, suponiendo que éste puede entrometerse en un ordenador ajeno y descubrirlo absolutamente todo. “Claro que se puede acceder a mucha información que a priori es privada, pero no a toda; no es cierto que con un ordenador podamos llegar a descubrir todas las cuentas de la empresa, y mucho menos vaciarlas”.
Una vez analizado como trabaja una agencia de detectives privados, hemos llegado a la conclusión que lo que nos plantea Larsson acerca de Milton Security tiene un punto de mitificación. En la novela, esta empresa no tenía ningún reparo en utilizar cualquier técnica, por ruin que fuera, para obtener la información que deseaba. Pero a la hora de la verdad, las empresas de investigación tienen que vigilar mucho que medios utilizan para alcanzar los datos que se proponen, porque cualquier irregularidad en la obtención de información (la intromisión a la vida privada de alguien sin autorización, por ejemplo), puede resultar fatal para la empresa y para la validez del trabajo hecho por esta.
Jaume Cifre y Roger Cornet
domingo, 17 de enero de 2010
Una cárcel de cristal
La proliferación de las redes sociales en el último lustro, como lo son los blogs, los fotologs, facebook, twitter, etc, ha propiciado que una innumerable lista de datos personales estén colgados en la red al alcance de todo el mundo. Esto significa que cualquier usuario, sin ningún talento especial para descifrar contraseñas y material oculto tiene acceso a nuestras fotos, a nuestras aficiones, a nuestra vida privada en definitiva. Pero no solo las redes sociales han hecho de internet un apetecible banquete para curiosos e investigadores, sino que el gran aumento de las compras a través de la red, es un reto para los hackers que intentan acceder a las cuentas bancarias de los usuarios.
El mundo de los hackers merece un punto y aparte, pero como ya demuestra Lisbeth Salander en la saga Millenium, desde el momento que existe un ordenador con acceso a internet, toda la información almacenada en un disco duro deja de ser privada y está al alcance de unos pocos que la manejan a su antojo. Esto convierte al usuario en un ser vulnerable, sin intimidad, controlado por los grandes entes que almacenan la información que depositamos en la red y por esos pocos astutos que intentan beneficiarse de la gran cantidad de oportunidades que ofrece la web.
Todo esto nos lleva a un sometimiento a los poseedores de nuestra información, que utilizan nuestros datos para su propio beneficio. Son muchas las empresas que investigan a los candidatos a ser contratados mediante las redes sociales, hurgando así en su vida cotidiana para saber sus gustos, sus opiniones, como actúan y dejan de actuar en su vida privada, etc; así, dependiendo del perfil de persona que estén buscando contratarán a uno u otro candidato.
Es por esto que cada vez más, estamos controlados, tanto por las empresas que manejan esos datos que comentábamos, como por nuestros homólogos, que en todo momento sabrán cosas sobre nosotros que antes era impensable que supieran. Todo ello nos hace un poco menos libres, y nos convierte en presos de una cárcel dónde somos vigilados y a la vez vigilamos a los demás.
Roger Cornet
viernes, 15 de enero de 2010
Más denuncias, mayor concienciación de las víctimas
Es un hecho plausible que la sociedad de este país ha abandonado, en su gran mayoría, las obsoletas consideraciones acerca del papel de la mujer en la vida cotidiana. No hace tantos años, el género femenino se reducía a ser un mero objeto para la procreación, el cuidado de los hijos y del marido, estando siempre sometida a éste, que era quien tomaba todas las decisiones respecto al funcionamiento de la familia. Por suerte, con el paso de los años y la llegada de la democracia todo esto ha cambiado, y se ha conseguido que poco a poco las mujeres hayan tenido un papel más relevante en la sociedad, pudiendo llegar a ocupar importantes cargos políticos y/o empresariales, algo impensable hace treinta años. Con esta ascensión social y la obtención de más responsabilidades por parte de las mujeres, éstas se han ido desprendiendo del papel de simples objetos, esclavas de sus maridos, tomando cada vez más conciencia de sus derechos. Algo también determinante en este aspecto, es que las nuevas generaciones de chicas, nacidas ya en la democracia, han sido educadas con un trato equitativo al de los chicos, algo que ha favorecido, sin duda, a la concienciación de la igualdad entre ambos sexos.
En este sentido, es lógico que un muy elevado porcentaje de mujeres no tolere ningún tipo de agresión por parte de su pareja, y es por esto que, contestando a la pregunta que formulaba anteriormente, creo que el aumento de denuncias por violencia de género es debido a esta mayor concienciación por parte de las mujeres, que en verse agredidas por su marido, acuden rápidamente a las autoridades. Por otra parte, pienso que el maltrato hacia la mujer siempre ha existido, lo que ocurría antes, es que la mujer aceptaba el papel secundario y de sometimiento a su marido que se le reservaba, y asumía con normalidad que éste la pegara. Ante la situación de inferioridad en que se encontraban, la mayoría de mujeres no osaba interponer ninguna denuncia, por miedo a posibles represalias de su pareja y también por temor de no ser tomadas en serio por las autoridades; algo lógico, al ser éstas las responsables del machismo en la sociedad española.
Afortunadamente, la tendencia es que al primer indicio de violencia, las mujeres denuncien a sus maridos (algo a lo que no se atrevían hasta hace bien poco), para que la justicia las proteja y se evite en muchos casos la reiteración de ataques, mediante órdenes de alejamiento, con lo cual se pueden reducir en una buena medida las víctimas mortales por este tipo de violencia, que al fin y al cabo es lo más importante.
Roger Cornet
domingo, 3 de enero de 2010
¿Qué propone Larsson?
La saga Millennium del sueco Steig Larsson no deja indiferente a nadie. De momento, la historia de Mikel Blomkvist y compañía se compone de tres volúmenes que, uno a uno y por separado, te hacen pensar y reflexionar sobre temas de la sociedad actual una vez los acabas de leer. Además, vistos en perspectiva una vez los has leído todos, puedes llegar a pensar que Larsson propone algo con sus escritos, una evolución en el control de la sociedad.
Como queda claro con el personaje de Lisbeth Salander, Steig Larsson ve un filón en eso de saltarse la ley para conseguir el máximo beneficio propio. A veces parece que quiera decirnos: “la moral no importa mientras yo consiga resultados satisfactorios”. Gracias a sus dotes ilegales, Salander consigue llegar mucho más rápido y de forma directa a los objetivos que se marcan los personajes. Si hay una cosa que Steig Larsson deja clara a lo largo de las novelas, es que burlar la seguridad de la ley y la intimidad de las personas repercute en aspectos positivos: saber sus secretos y puntos débiles, vaciar cuentas corrientes millonarias, obtener información privilegiada... si tuviéramos que hacer caso al papel que representa Lisbeth Salander, parece que todo en la vida serían ventajas: tu juegas sucio y nunca te pillan a no ser que seas extremadamente ambicioso.
Por otro lado, el autor también se encarga de desmontar una sociedad sueca idolatrada en la parte sur de Europa. En España mismo, la imagen-referencia que se tiene de Suecia, como la de los países nórdicos en general, es la de una potencia fuerte, bien estructurada y organizada, con recursos y gente eficiente que trabaja y disfruta de la vida al cien por cien. El paisaje que presenta Larsson es muy diferente. Da la sensación que todo el mundo, desde políticos y empresarios, hasta los estratos más bajos de la sociedad (como Lisbeth Salander, que aparentemente no tiene ningún tipo de control sobre nadie y es ella la que depende de un administrador), están metidos en asuntos relacionados con la corrupción o la ilegalidad. Si hay algo que no me ha gustado de estas novelas es precisamente esto: creo que el tema de la corrupción y la ilegalidad es demasiado repetitivo y me parece “falso” que dos personajes como son Mikel Blomkvist y Lisbeth Salander se encuentren siempre con problemas de alcance casi nacional (en el primer libro solucionan el enigma de uno de los empresarios más famosos y conocidos del país, en el segundo Lisbeth acaba siendo buscada por la policía y aparece en todos los medios y, en el tercero, también llegan hasta las altas esferas de la política sueca y a los medios de comunicación). Es decir, da la sensación que los grandes casos tienen que pasar por sus manos para poder resolverse, ya que de lo contrario, la policía se ve incapaz de hacerlo sin su ayuda y sus investigaciones. Por lo tanto, me da la sensación que el tema de los trapicheos está un poco sobreexplotado, como si todo el mundo estuviera envuelto en asuntos turbios y no hubiera nadie “limpio”.
Jaume Cifre.