En la interesante trilogía de Millenium, Stieg Larsson plantea un mundo completamente bajo el control de Internet y de las nuevas tecnologías. Y es que Lisbeth Salander una experimentada hacker, pero que no tiene ningún poder ni responsabilidad política ni social, es capaz de controlar el flujo económico y político de un país como Suecia. Con esto Larsson nos viene a decir que cualquier persona con conocimientos informáticos suficientes para penetrar en un ordenador ajeno desde uno propio, es capaz de estar al corriente de todo lo que pasa a su alrededor, y por tanto tiene la capacidad de saber si alguna cosa se está haciendo ilegalmente o no.
Bajo mi punto de vista, Larsson propone un nuevo periodismo de investigación, o incluso un nuevo sistema judicial, que contemple las nuevas tecnologías como una herramienta importante, y como hemos visto en los libros, fundamental, para llegar a detectar los delitos que se estén cometiendo. Ahora bien, a partir de este punto deberíamos valorar hasta qué punto es ético entrometerse vilmente en la vida de una persona, solo 'por tener controlado que lo haga todo bien'. Está claro que solo se utilizarían estos medios para resolver casos polémicos o de seguridad nacional, pero sin duda es algo que ahora mismo es difícil de imaginar. Obviamente, para algunos sería provechoso, pero para unos otros significaría la violación de la intimidad, algo que hasta ahora es un derecho fundamental.
Roger Cornet
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